INTRODUCCIÓN
En Pentecostés de este año 5783, mientras intercedía en otro monte, u otra “puerta” de importancia espiritual, el Señor me dijo que debía continuar alertando a Su Iglesia sobre nuestra preparación durante esta década (2020-2030), especialmente cuando ya han transcurrido tres años de este período de tiempo (2020-2023).
Pero, antes de proseguir con otro mensaje que estoy pronto a publicar sobre “cuatro puertas” para prepararnos para el próximo año 5784 (Pei-Dalet: un año de declaración en la puerta), veamos qué temas bíblicos y proféticos debemos considerar mientras nos acercamos a un nuevo año y seguimos adentrándonos en esta década de Pei.
Así, lo que verá en este artículo es un resumen de la palabra profética que el Señor nos ha venido dando desde el inicio de esta década de Pei (5780-5789) y durante cada Fiesta de cada año desde entonces. Pero considero necesario, tanto para los nuevos lectores como nuestros lectores regulares, que repasemos lo que el Señor ha dicho, y nos preparemos espiritual, mental, emocional y físicamente, para lo que Él está haciendo y va a hacer en las naciones, tanto este año como en los siguientes.
En el 2019 entramos en la década de PEI, 5780-5789
Específicamente, el domingo 29 de septiembre del año 2019, comenzamos a transitar por una nueva década dentro del reino de Dios. Un nuevo ciclo de diez (10) años dentro de la economía del reino de Dios, que estará signada por la letra Pei o Pey.
Y en vista que la letra hebrea Pei está conectada con la boca o acción de hablar, dijimos en esa oportunidad que ésta será la década de la Palabra. Y cito: “Hemos visto que la Pei representa la boca, la habilidad para hablar y comunicar. Así que, creo que en este año el Señor afilará aún más nuestras habilidades para comunicar Su Palabra”.
Este primer elemento es y seguirá siendo muy importante en esta década. No sólo bastará creer la Palabra, tendremos que apropiarla y declararla; será necesario que ella salga de nuestra boca; así como cuando tomamos la decisión de recibir el regalo de la vida eterna y el Señorío de Jesucristo; no sólo creímos, sino que también confesamos con nuestra boca que Él es el Señor (Ro. 10:8-10).
En el 2020 recibimos la confirmación de prepararnos para los próximos años
Ese año, el Señor me dijo que esa será la palabra clave: PREPARACIÓN. De hecho, en Nisán del 2020, Él me confirmó que la palabra que yo recibí en Nisán del 2010, ahora tendrá un mayor cumplimiento, por lo cual debo seguir alertando a Su Iglesia sobre la necesidad de prepararse para lo que Dios está haciendo y hará en la naciones.
Como escribí en el post “Alerta: estamos en tiempo de cumplimiento”, el cual puede conseguir en este Blog: “ Como mencioné anteriormente, en marzo del 2010, el Señor me dijo claramente (todavía lo recuerdo como si fuera ayer):
«Quiero que prepares a Mi iglesia para que conozca Mi tiempo y Mi lenguaje, de manera que puedan entender lo que estoy por hacer en Venezuela y las naciones.»
Hoy esa palabra se está cumpliendo delante de nosotros y tendrá mayor vigencia en la próxima década de Pei.”
Si todavía no sabe en qué consiste esa preparación puede leer ese artículo, entre mucho otros que he publicado en este Blog.
Considerar el significado profético de Nisán y de la Pascua
En la primera parte del post “Entramos en nueva temporada”, hablé ampliamente sobre el significado profético del mes de Nisán, en el calendario profético y el plan de redención de Dios, y usted hará bien, si todavía no lo ha hecho, que lo lea y lo estudie detenidamente a la luz de la Biblia, la Palabra de Dios.
Porque creo que lo que el Espíritu Santo nos está diciendo es que, en el mes de Nisán, en la celebración de la primera Pascua, en Egipto, por medio de Moisés, Dios dio inició Su plan de redención para Israel, según la promesa que le dio a Abraham (Gn. 15:12-14). Luego, en la segunda oportunidad, en Jerusalén, otra vez durante la celebración de la Pascua, nuestro Señor Jesucristo dio inicio a Su plan de redención completa, no sólo para los judíos, pero para todas las naciones (Lc. 24: 44-49; Hch. 1:6-9). Y ahora, cuando nos acercamos a Su Segunda venida, nuevamente nos invita, como al principio, a prepararnos para esta gran ocasión, de manera que lo recibamos con fe, gozo y lleno nuestros corazones de esperanza (Mt. 25:1-13).
En el año 5781 recibimos la instrucción de seguir la Palabra del Padre
Y eso significó y significa que debemos seguir el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, porque así como Él lo hizo nosotros también debemos hacerlo:
Y esto lo tenemos que hacer sin temor, creyendo a la Palabra que el Padre nos envía por medio de Su Santo Espíritu (Hch. 18:9-10; Mr. 5:36; Lc. 8:50).
En ese año 5781 (2021) se nos invitó nuevamente a llenarnos de fe, amor y esperanza. Se nos exhortó a no temer, sino a creer y hablar, conforme a la palabra que el Padre nos dé por medio de Su Espíritu y Su Palabra.
Porque las dos grandes armas que el reino de las tinieblas está usando en las naciones, y contra la Iglesia de Jesucristo, son el temor y el engaño. Dos cosas que el Señor vez tras vez, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, nos advierte a no hacer o no sucumbir.
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” (Is. 41:10)
“Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.” (Mt. 24:4)
“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.” (Col. 2:8)
También se nos dio la instrucción específica de recibir la unción de José
En Nisán del año 5781 (marzo del 2021), durante la celebración de la Pascua de ese año, el Espíritu del Señor trajo a mi mente una visión muy vívida y colorida, la cual comparto aquí también en esta entrega.
Y, junto con la visión, me dio el mensaje de lo que el Señor quiere hacer en Su pueblo, a partir de esta Fiesta de Pesaj 5781 (Pascua 2021). Y me dijo:
“Quiero desatar una nueva unción sobre mi pueblo, para darles una nueva bendición para los años por venir”. Y dicho eso, me dijo que será como la unción que Jacob desató sobre su hijo José (Génesis 37:3; 49:22-26).
En la visión mental y espiritual que el Señor me dio, veía yo un círculo policromático con doce colores, que representan a las doce tribus de Israel. Y este círculo a su vez se movía en dirección a las agujas del reloj; o sea, hacia la derecha. En armonía y en unidad con el ciclo de las cuatro estaciones del año.
Todo indicando el movimiento circular cíclico y continuo del universo, de la tierra y del tiempo, con sus ciclos, estaciones y temporadas. Y todo trayendo su respectivo color, olor, temperatura y su respectiva bendición o fruto. Y me dijo que compartiera este mensaje con Su iglesia
Esta unción de José tiene la particularidad de VER, en sueños y visiones, el futuro, de manera de prepararnos para recibir la bendición que Dios ya tiene planeado para nosotros. No sólo el portador de esta unción tiene la habilidad de soñar proféticamente; sino que, también tiene la habilidad de interpretar los sueños o visiones de otras personas. Tal como lo hizo José, y el profeta Daniel.
Y lo que el Señor me mostró es que esta unción, que Él ha desatado sobre Su pueblo, será vital, fundamental y crítica, para los años por venir, durante esta década 5780-5789. Y Él me dijo que, ésta es una unción especial, para que su pueblo pueda avanzar y prosperar en los últimos tiempos, en la medida que nos acercamos a Su gran Día.
Y también Él me advirtió que venía hambre sobre las naciones, que un inminente juicio pendía nuevamente sobre las naciones, muchas de las cuales sufrirán hambre y pérdidas materiales.
En este libro el Dr. Daniel Guerrero analiza varios estudios realizados recientemente (entre el 2018 al 2022), por estudiantes de la profecía bíblica, que apuntan a la posibilidad que apartir del año 2022 acontezca el rapto e inicien los siete años de la Tribulación o el tiempo de angustia para Jacob. ¿Será cierto? ¿Hay la posibilidad que estos eventos acontezcan en nuestros días? Haciendo profundos estudios bíblicos-teológicos el autor da respuesta a ésta y otras preguntas de gran importancia para la iglesia y los cristianos de nuestros días.
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En el 5782 se nos advirtió de prepararnos para las tormentas que venían
Para esa oportunidad escribí lo que entendía que el Espíritu del Señor me decía: “5782-2022 será un año explosivo, tormentoso, tumultuoso y en extremo difícil para las naciones, pero nuestra fe y obediencia a Dios dará testimonio que Él está con nosotros y luchará por nosotros.
¡Vendrán tormentas! ¡Vendrán más cambios geológicos, climáticos, económicos y socio-políticos!
Pero repito, necesitamos fundamentar nuestra vida en la Palabra de Dios, tanto en la que está escrita como por la que el Espíritu nos hable a nosotros de manera específica y en particular, de manera que podamos resistir estas «tormentas» y prevalecer en el Señor, dando testimonio del poder de Su reino en nuestras vidas.
El “escuchar” la Voz de Dios (tanto escrita como hablada) es lo que nos permitirá mantenernos firmes cuando “descienda la lluvia, venga los ríos, y soplen los vientos, y golpeen contra nuestra casa” (bet).”
Y el año 2022 efectivamente fue un año tormentoso durante la era post COVID-19, con tormentas y desastres naturales, terremotos y explosiones volcánicas, en diferentes partes del mundo.
Y ese mismo año, Rusia invadió Ucrania y se inició una guerra directa entre esas naciones y otra indirecta entre los aliados de ambas naciones. Ésta guerra generó una crisis económica sin precedentes y aún sus efectos están por verse en los próximos meses, pues aumentaron los precios del petróleo, los granos, los fertilizantes, y muchas naciones han sufrido literalmente hambre.
Ahora en este año 2023, ya varias naciones europeas experimentan crisis financiera y signos de recesión, y los Estados Unidos de América, nuevamente, está al borde de un colapso económico. Lo mismo pasa en Rusia y Japón, pero quizás lo peor, y que pudiera desencadenar una mayor debacle económica que la hubo en el 2008, es la creciente crisis inmobiliaria en China y de Deuda en los Estados Unidos de América.
El grito de alerta es ¡PREPÁRATE!
En marzo del 2022, el Señor me instó nuevamente a lanzar un mensaje de alerta a Su Iglesia, mediante el grito de alarma: “¡Prepárate!”, y entonces escribí en un mensaje lo siguiente:
“El Señor me sigue insistiendo que llame a la iglesia a la preparación, porque, tal como me dijo al inicio del año 5781, cuando me guió a declararlo como «El Año de la Palabra del Padre»; y luego, en Pesaj de ese mismo año, me dio el mensaje para Su Iglesia: «Una nueva Unción para una nueva Bendición», ¡vienen tiempos en extremos difíciles y turbulentos para las naciones! Y Él nos quiere bendecir en medio de todas estas crisis y dificultades.
El Señor no quiere que suframos pérdida ni experimentemos daño ni dolor, pero ¡necesitamos alinearnos a Su Palabra y a Su tiempo! Porque así, Él nos dará la dirección específica y sabremos qué hacer, tal como lo hizo con José y muchos de sus siervos y siervas en el pasado.
Y para este año 5782 (2022), signado nuevamente por el número dos y la letra Bet, el Señor nos alertó que venía un tiempo en extremos turbulento y necesitamos pararnos sobre la Roca de Su Palabra, la Roca que es Cristo. Así lo compartí en el mensaje «5782: Año de la casa bien edificada».
También en vísperas de Pentecostés 5782, compartí un mensaje de orientación titulado «Prepárate para coeschar», para que de una manera práctica pudiera ayudar a nuestros queridos lectores en su proceso de preparación, con la unción de José, en alineación al tiempo y a la voluntad del Padre.
En ese mensaje dije lo siguiente:
“Según lo que he entendido por el Espíritu Santo, el Señor quiere que en estos primeros siete años (2020-2027) sembremos, cosechemos, multipliquemos y almacenemos lo que cosechemos.
Eso significa, que tenemos que PLANIFICAR:
Y también, necesitaremos comenzar a prepararnos para los próximos siete años (2027-2034), lo cual significará PLANIFICAR:
Para todo esto, claro, repito, necesitaremos ser guiados por el Espíritu y la Palabra de Dios”.
CONCLUSIÓN:
Para la gloria de Dios, la palabra profética dada por el Señor a este servidor y a este ministerio ha sido fiel y se ha cumplido, tal como Él nos ha dicho. Y considero que este repaso nos ayudará a evaluar ese cumplimiento.
Pero a su vez, espero que sirva (y es mi objetivo principal) para considerar seriamente, en oración y a la luz de la guía del Espíritu y la Palabra de Dios, la necesidad de prepararnos bien, como “las vírgenes prudentes” para los tiempos del fin, en la medida que nos acercamos a ese Gran Día, de la Segunda venida de nuestro Señor Jesucristo.
Y publicando este mensaje, no hago otra cosa, sino obedecer nuevamente a la reciente instrucción que el Señor me dio, en Pentecostés de este año, mientras intercedía en uno de los cuatro montes que Él me dijo que intercediera. Este testimonio lo contaré luego…
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El Gran engaño, por Dr. Daniel Guerrero
Conferencista, escritor y teólogo fundador y presidente del Ministerio León de Judá
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